Cuando era chico e iba a una fiesta de cumpleaños, de regreso, siempre me llevaba algo a casa. Una bolsita con golosinas, un bonete de cartón, un impresentable juguete de plástico. Lo que sea, con tal de quedarme con algún objeto que me hiciera recordar aquel buen momento vivido. En este caso me sucedió lo mismo. La fiesta de Kiss en Buenos Aires puede haber terminado, las luces se apagaron y el estruendo del rock de la banda más caliente del mundo ahora aturde los oídos de los fans en otras ciudades pero... yo me quedo con los recuerdos. Y entre esos recuerdos, además de los que guardo en mi mente y mi corazón, están estos souvenirs de la fiesta inolvidable que atesoro en mi colección. Las púas del "duo dinámico", papel picado (alias: confetti), el ticket de acceso intacto (los beneficios de haber estado trabajando en backstage) y el brazalete "Kiss VIP" que abría algunas puertas...
Marcelo
2 comentarios:
Felicitaciones Marcelo, más recuerdos para atesorar! me imagino que está todo bien guardado y prolijito! :D
jajajaja, claro que sí!!!! todo bien conservado!
Marcelo
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