El look era más o menos así: el pelo a la altura de los hombros, remera de KISS (lógico), jeans rotos, botas o zapatillas Converse, el aparatoso WalkMan con algún cassette kissero colgado del costado y una campera que podía ser de jean o de cuero. Eso sí... la campera siempre, indefectiblemente, estaba ornamentada con estos pins que eran toda una condecoración en sí misma...
Los fui comprando entre finales de los '70 y principios de los '80 (excepto un par que llegaron para completar la colección en la época de Psycho Circus).
Hoy el look no me sentaría tan bien como entonces, pero uno sigue siendo un kissero y esas ganas de andar cargado con estos chiches no las perderá jamás... de todas maneras, ahora prefiero tenerlos en mi vitrina, junto con otros tesoros kisseros que siempre conservaré...
Marcelo
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